La televisión está muerta, internet ha matado la televisión, la piratería acabará con la televisión, es el acabose de la televisión… la cantinela de muchos durante mucho tiempo que se ve rebatida una y otra vez, no solo con el aumento del consumo televisivo o la insistencia de algunos grupos de comunicación por conseguir canales de emisión tradicional, también por las noticias que permanentemente anuncian nuevos proyectos y nuevas empresas de éxito interesadas en alguna rama del sector.
Los últimos en apuntarse a la tendencia parecen ser BuzzFeed y el Huffington Post, pero no podemos olvidarnos de Amazon, que en su corta carrera ya ha colocado una de sus series como revelación de la pasada temporada, Transparent, con sus once nominaciones a los EMMY y sus dos Globos de oro. Un espaldarazo para seguir produciendo a buen ritmo.
Es un camino que abrió sin ninguna duda Netflix, con su estrategia basada en el ‘big data’ y la información proporcionada por los propios usuarios y su manera de utilizar el servicio, demostrando que los datos fríos pueden ser, convenientemente analizados, el mejor aliado a la hora de conectar con la audiencia y encontrar el secreto de un éxito que parecía imposible de predecir.
Puede parecer el camino, pero no todos los recién llegados al mercado buscan el éxito de la misma manera y es precisamente Amazon quién apuesta por otro camino, en una decisión contradictoria con su habitual manera de hacer negocios, basada en el minucioso análisis del comportamiento de sus clientes.
Roy Price, director de Amazon Studios, está convencido de que el éxito puede llegar seleccionando lo mejor de cada casa para hacer un mix perfecto, pero no olvida que lo que realmente mueve a la gente no es tanto la repetición de unas pautas de éxito, como la aparición de algo completamente novedoso e inesperado, algo que no puede ser medido ni aparecer como resultado de una operación matemática porque simplemente no existía antes.
Esta manera de hacer televisión, y también cine, pues Amazon acaba de embarcarse también en esta línea de negocio, es mucho más complicada de abordar y mucho más centrada en la apuesta personal, en ensayar y ensayar hasta encontrar precisamente aquello que llega a la gente, que les sorprende, que se convierte en «the next big thing» y pasa a formar parte, ahora sí, de esa lista de elementos de éxito con la que «otros» ponen en marcha sus proyectos.
Como dice Price, hoy en día el mercado de la televisión bajo demanda solo puede funcionar con productos excelsos. Si antes una serie era aceptable y te la encontrabas en la parrilla por casualidad, podía llegar a resultar un razonable éxito. Pero, en el mundo del vídeo bajo demanda esto no funciona, pues nadie te encuentra por casualidad, tienen que ir a por ti y solo teniendo el producto del que todo el mundo habla lograrás una cantidad de clientes suficiente para que sea un éxito.
Es un cambio de reglas completo y hay un buen puñado de compañías dispuestas a intentarlo porque, si algo está claro, es que la magia de la televisión está lejos de ser algo caducado.