Como comentaba el otro día, Conan O’Brien escribe en Nesweek un hilarante artículo sobre el futuro de la televisión. Resumo aquí lo más significativo de sus conclusiones aunque lo suyo es leer la versión original:
– La tendencia a fabricar monitores cada vez más grandes obligará a las familias a ver la televisión desde fuera de sus hogares, con el consiguiente peligro de ser atacados por lobos.
– La consecuencia inmediata del aumento de tamaño de los televisores es el aumento de tamaño de los mandos a distancia, hasta el punto de necesitar dar saltos entre botones para cambiar de canal. Más dificil aun será cambiar de canal al tiempo que se sube o baja el volumen, acción que requerirá la participación de al menos dos personas que probablemente acaben practicando alguna extraña postura sexual.
– Al mismo tiempo que crecen las televisiones también surjen pequeños monitores en todo tipo de aparatos: cafetera, relojes, detectores de humos, incluso los fabricantes de coches instalarán pequeños monitores en los airbags para entretener la espera de los accidentados. Los tazones de los niños tendrán monitores en el fondo, lo que hará que desayunen más rápido para poder ver sus dibujos animados favoritos.
– Los aparatos tipo TiVO evolucionarán hasta el punto de ser convertirse en la perfecta celestina. También hablarán, lo que les permitirá abroncar a aquellos que pasen demasiado tiempo delante del televisor.
– Los ordenadores se utilizarán cada vez más para ver televisión, hasta el punto de dejar de ser utilizados para resolver problemas numéricos complejos, lo que hará renacer la utilizacióin del ábaco, que pronto será abandonado de nuevo al demostrarse que no tiene ningún tipo de uso pornográfico.
– Marte por fín será un territorio más, al demostrarse que es más barato para la producción que Canadá.
– La producción de un mayor número de horas de programación transformará los programas del tipo «Me encanta la música de los 90» en otros del estilo «Me encanta la música de hace cinco minutos».
– La necesidad de un mayor número de horas de programación llevará a una conspiración con la NASA que permita crear un día de 25 horas, aunque el intento de aumentarlo a 26 dará como resultado terribles erupciones volcánicas.
– La proliferación de los ‘reality shows’ dará como resultado un nuevo formato para la búsqueda de alguien que nunca haya salido en televisión.
– Para intentar reorganizar el caos, el gobierno instalará una pantalla de plasma gigante visible desde ambas costas. La Constitución establecerá que sólo el presidente puede cambiar de canal, el mando a distancia estará custodiado por el ejército. Todo el mundo protestará porque hay más de un millón de canales y nada que merezca la pena ver y cuando a alguien se le ocurra sugerir que hay que apagar la super-tele, toda la nación dirá algo así como «por favor, otro ratito más».
Confirmado. Está loquísimo. El otro día se instaló una palanca al lado de la silla, y cada vez que tiraba de ella, se emitía una pelea de ‘Walker, Texas Ranger’ (sólo para molestar -y para celebrar que la NBC tiene ahora los derechos-, claro).