Después de dedicar semejante post largo a las series nuevas de este año, me ha parecido injusto no dedicarle al menos una frase a las de siempre, a las que están ahí año tras año, aunque en ocasiones flojeen, así que ahí va:
House: aunque parezca mentira, en su sexta temporada se está saliendo, una serie de clásico esquema procedimental en la que lo de menos son los casos que se estudian en cada episodio. El arranque de esta sexta temporada, fabuloso, podría haber sido una película.
Mujeres Desesperadas: esta temporada me está costando algo más, sobre todo porque tiene muchos altibajos y pocos han sido los episodios realmente brillantes pero, después de seis temporadas, son casi de la familia, hay que adorarlas.
Brothers and Sisters: me encantan los Walker, reflejo de la familia perfecta que siempre me hubiera gustado tener (lo de ser hija única marca mucho), aunque esta temporada también ha sido más flojita, creo que por culpa de una villana que empieza a integrarse en la familia y ser tan buenecita como ellos.
Dexter: el secreto para superarse una temporada tras otra está en las manos de los guionistas de esta serie tan brutal como adictiva.
How I met your mother: la constantemente proclamada sucesora de Friends es realmente divertida, aunque creo que empieza a desarrollar una peligrosa Barney-dependencia.
The Big Bang Theory: genial, aunque no tengo claro que sea un producto de masas como se pretende.
Gossip Girl: me está costando un mundo seguir esta temporada, entre otras cosas porque ha decaido bastante la historia de los adultos, claramente más afín a mi quinta. Creo que esto cambia en los episodios que quedan, pero es que aún me quedan.
True Blood: la primera temporada me gustó mucho, pese a basarse en la clásica historia de vampiros tan de moda entonces, toda la crítica social que se escondía detrás me parecía muy acertada y era algo diferente. La segunda temporada me ha costado más, repetitiva y algo absurda y me hace presagiar un abandono en la tercera. Conservaré la fe hasta que se evidencie el aburrimiento.
Greek: me entretiene mucho esta típica serie de universitarios americanos, aunque siempre me la guardo para la sequía veraniega.
90210: si, debería darme vergüenza pero la sigo “por los viejos tiempos”.
Fringe: no sé si estoy más enamorada de Olivia Dunham o de Walter Bishop y me importa un bledo que las cosas que hacen no tenga base científica real.
CSI en todas sus versiones: me sigue gustando más Las Vegas, pero tolero bien a Horatio y Nueva York me parece muy interesante. Es la única serie que veo en español y sigo solo en Telecinco.
Anatomía de Grey: la sigo viendo por costumbre y porque confío en que remontará, pero esta temporada no ha valido nada.
Private Practice: todo lo que me gustaba de Anatomía en sus primeras temporadas lo tiene ahora este ‘spin of’. Me gustan las complicadísimas relaciones personales de sus protagonistas, sus dramas y me sigue pareciendo digno de estudio como un personaje creado para ser la malvada ex-esposa ha terminado por ser dulce, amable y tener su propia serie.
Dollhouse: un planteamiento muy novedoso e interesante, pero difícil de convertir en gran éxito. Posiblemente en otra cadena hubiera funcionado mejor.
El Mentalista, Bones, Medium: las veo ocasionalmente si las encuentro en un zapping, me gustan, especialmente Medium, pero nunca he logrado seguirlas con regularidad.
De las que has puesto, yo sigo a: House, Brother and Sisters, Dexter, How I Met Your Mother, The Big Bang Theory, True Blood, Greek, Fringe, The Mentalist y Bones (y a Dollhouse hasta que pasó a mejor vida)