Primera escena: tras unos breves minutos aparece una chica con los pechos al aire en la ventana de su habitación. Enfrente, otro joven de su edad, la contempla en calzoncillos. Nada fuera de lo normal en dos adolescentes hormonales y desvergonzados.

En la segunda escena (que ya me pareció una magistral presentación de personajes cuando la vi en su versión británica) escuchamos palabras como pene, pezones y conversaciones sobre la virginidad.

Unos minutos más tarde, una colección de animadoras entrena en el instituto con sus falditas cortas y sus pequeños tops, mientras el resto de las conversaciones entre los protagonistas siguen estando relacionadas con el sexo. A toda esta tensión sexual se suma el consumo y tráfico de drogas, las peleas y un ridículo pitido cada vez que dicen Fuck!.

Que los protagonistas de la serie no tienen unos valores morales muy claros es evidente. Que la imagen de la juventud que da la serie es algo triste y lamentable, también. Pero ¿incitación a la pornografía infantil? Eso ya es pasarse. Lo que hemos visto en esta serie es exactamente lo  mismo que hacía Serena Van der Woodsen antes de que la conociéramos en Gossip Girl, lo han comentado cientos de veces en la serie, la diferencia es que no hemos visto imágeness, salvo en carteles… ah, y que ellos son ricos, no como los protagonistas de Skins, y eso que en esta versión parecen más pudientes que en la británica.

Con mayor o menor razón, la serie y la cadena han empezado a sufrir allí donde más les duele, en el bolsillo, con la retirada de algunos de los anunciantes que aparecían en la primera emisión, tras las quejas recibidas en sus propias oficinas de parte de la Parents Television Council, asociación de padres, numerosa y muy poderosa en EE.UU. y que tiene ahora a Skins en su punto de mira.

Por cierto, que la serie se emite en la MTV, donde no se caracterizan precisamente por emitir series de gran calado moral, así que no entiendo el revuelo. Pero claro, para una sociedad que tiene como modelo de familia moderna a los protagonistas de Modern Family, donde ver a tus padres desnudos es tabú y pensar en ellos haciendo el amor un trauma, es lógico pensar que series como Skins pongan los pelos de punta a las asociaciones de padres.