LLevamos toda la semana viendo como el inminente estreno de OT acapara la parilla de Telecinco y ya han empezado a surgir voces que se temen lo peor, es decir, que más allá de una oportunidad para entrar en el mundo de la música, esta edición del concurso se convierta en otro laboratorio más de tertulianos insultados e insultantes al más puro estilo reality de Telecinco.
Para empezar a infundir sospechas, ayer leíamos declaraciones de Kike Santander afirmando que este año el programa tendría más carga de reality que en años anteriores. También supimos que la productora el show planeaba poner cámaras en los dormitorios de los chicos, terreno hasta ahora vetado y privado.
Afortunadamente hoy han salido otras informaciones en sentido contrario y el propio Toni Cruz ha afirmado que el cambio se produce porque «queremos seguir siendo un programa blanco».
En ocasiones anteriores he afirmado que Telecinco es muy bueno en casi todo lo que hace, incluida la basura cuando eso es lo que se propone… esta es su oportunidad de demostrarlo ¿caerá en la tentación de llevar a los expulsados por los platós contando las miserias de sus compañeros? ¿inviatrá a sus programas a ex-novios y ex-amigos de los concursantes para manchar su reputación? La tentación está ahí fuera.