(Atención: spoilers del primer episodio de la nueva temporada de Dexter)

Acabo de terminar de ver el primer episodio de la cuarta temporada de Dexter y no puedo evitar pensar ¡que buenos son estos chicos de Showtime! Y no estoy hablando de la calidad del episodio de una serie que lleva tres temporadas demostrando ser capaz de mantenerse arriba, sino de la habilidad de la cadena para dejar a los espectadores mordiéndose las uñas hasta el día 27 de septiembre, fecha en que se estrena la temporada.

Normalmente los primeros episodios de una nueva temporada sirven para recordarnos dónde dejamos a los personajes y mostrar las nuevas circunstancias que hay en su vida y que se irán desarrollando a medida que pasen los episodios, suele ser un elemento casi de transición y nunca conlleva grandes sobresaltos. Sin embargo, esta primera entrega de la cuarta de Dexter termina con un increible ‘cliffhanger’, creado por quién ha recibido el encargo de hacer algo espectacular que pueda emitirse semanas antes de su estreno y generar la expectación necesaria para que nadie olvide la fecha de regreso de su asesino en serie favorito.

Parece evidente que los creadores de Dexter ya sabían que el episodio sería emitido varias semanas antes de su emisión regular en televisión (originalmente se dijo que se colgaría en la web de Showtime, pero parece que ya antes se ha filtrado a todas las redes P2P). Si hasta ahora los mayores ‘cliffhangers’ de las series los encontrábamos al finalizar la temporada o antes de algunos de los clásicos parones de la temporada, un nuevo modo de mantener atento al espectador ha aparecido en las vidas de guionistas, productores y espectadores.

Estrategias de estreno y marketing aparte, la nueva temporada de la serie ha venido con muy interesantes circunstancias y sobre todo la llegada a la vida de Dexter de ese pequeño personaje que le mantiene en vela noche tras noche y que pondrá a prueba su meticulosidad y su capacidad para pasar inavertido en su labor de limpieza de las calles de Miami.