Y además inesperado porque ¿a quién se le iba a ocurrir que la serie sacaría su propia revista en los kioskos? Esto de confundir la realidad con la ficción cada día es más normal.
Habíamos visto a famosos del mundo televisivo sacar sus propias revistas, como el caso de Ana Rosa Quintana con su AR, o series incorporando marcas de productos en sus tramas en claros ejemplos de product placement pero, lo que hasta ahora no habíamos visto, o al menos yo no recuerdo, es que una marca de ficción creada para recrear una historia, se acabara convirtiendo en realidad, haciendo así de la serie en la que aparece un contínuo ejercicio de publicidad.
La idea es sin duda brillante y a poco que la revista tenga en los kioskos una parte del éxito que está teniendo en televisión, la rentabilidad está garantizada. Y es que después de llevar un año en antena y, pese a las constantes críticas de los seguidores que quieren ver a su heroína de una vez por todas empezar a cambiar de look, la serie no deja de crecer en audiencia y llega ya a cotas del 40%, convirtiéndose así en la serie de ficción más vista de la década.
¿La serie de ficción más vista de la década? Que no, que no, que a lo que se refieren es al culebrón diario más visto de la década, pero no llega ni de lejos a los niveles de CSI, Los Serrano, Aquí no hay quien viva…