Este fin de semana ha muerto Polanco, la noticia, de la que se han hecho eco todos los medios de comunicación, independientemente de que fueran parte de su imperio mediático o no y como corresponde a una noticia de este calado, era de esas que abren los informativos, no como primera noticia pero si en el sumario de noticias más relevantes.
Sin embargo, alrededor del 30% de la audiencia no se enteró de la muerte del magnate porque estaban viendo la televisión y, en el canal que estaban viendo, la emisión en directo de la clasificación del Gran Premio de Alemania de Fórmula 1 sufría un inesperado retraso que conllevaba la no emisión del informativo y, por tanto, la desinformación de los cientos de miles de españoles que en una mañana de sabado veraniego no se molestan en recurrir a otra fuente de información que no sea el informativo de la tele y «por si ha pasado algo».
Este empresario de los medios de comunicación que invirtió 57 años de su vida en dotar a los medios de una relevancia suprema en nuestras vidas tuvo, el día de su muerte, la paradoja de ver como su también relevante desaparición quedaba eclipsada por los rigores imprevisibles del directo.
¿Que murio Paul Anka? no me j…s!