Otra bronquita de la gente del cine con la de la tele, y ya van dos en quince días… esto empieza a oler a campaña para que, ahora que las cosas están aun más tiesas de lo normal ¡que ya es decir!, las televisiones vengan a suplir lo que los espectadores no apoyamos en la calle.
Angeles González Sinde, directora de la Academia de Cine, publicó en El País hace unos días un artículo donde criticaba a TVE por su escaso apoyo al cine español. Concretamente ponía como ejemplo el hecho de que no hubieran comprado un determinado documental sobre Buñuel, algo desde mi punto de vista bastante absurdo, pues TVE comprará las obras que considera oportunas y no las que la Academia de Cine opina que debe comprar, algo que el propio Pons señala muy acertadamente en su respuesta. En cualquier caso, el documental en cuestión y su no compra, fue sólo la excusa para criticar toda una actitud de la cadena frente a la industria cinematográfica española.
Javier Pons, presidente de RTVE ha publicado hoy una carta abierta en la web donde rebate los argumentos de Gonzalez Sinde, de forma inteligente y demostrando con algunas cifras como, de todas las cadenas de televisión nacionales, precisamente TVE es la menos indicada para recibir las quejas de la Academia, toda vez que es casi la única que emite cine español, por mucho que todas las demás inviertan en él (por obligación legal, todo hay que decirlo).
Merece la pena leer la carta de Javier Pons, especialmente por este párrafo que reseño, por si alguien no pincha en el enlace, que no se lo vaya a perder.
Finalmente, creo muy desafortunada tu comparación entre TVE y el documental sobre Buñuel con si el Prado no compra un Goya o el Reina Sofía, un Tàpies. TVE no es un museo ni los directores del documental, por muy buenos que sean, son Goya o Tàpies. En primer lugar, no comparto la opinión que subyace en tu afirmación de que el lugar del cine español esté en el museo. En segundo lugar, no corresponde a TVE convertirse en el museo del cine. Quizás ese papel le corresponda a las filmotecas, públicas o privadas, pero nunca a una compañía como TVE, cuyas obligaciones están reguladas por el Parlamento y entre las cuales no se incluye la de ser museo del cine.
Entre todos lo mataron y ella sola se murió.