Lo escuchamos constantemente cuando la gente habla de los sueldos de determinados futbolistas: que si cobran demasiado, que si no se puede permitir, que si es un insulto al resto de currantes y así, un sinfín de motivos posibles por lo que protestar por los altos, altísimos sueldos de algunos profesionales del balón.
Si bien los sueldos en televisión no son comparables a los de las estrellas del fútbol, no es menos cierto que los grandes nombres de la pantalla ingresan una importante cantidad de dinero por pasear el palmito en los platós, tanto más cuanta más audiencia potencial convocan. Y cada vez que aparecen listados con los sueldos de algunos presentadores o colaboradores de la tele saltan muchos a criticar las astronómicas cifras.
La crisis económica que nos acompaña desde hace tiempo no ha hecho sino incrementar el grado de protestas hacia quienes, en una u otra profesión, ganan un dinero considerado por muchos indecente e impropio para los tiempos que vivimos y las comparaciones con el hambre en el mundo y otro tipo de problemas económicos que afectan a distintos sectores y paises son inevitables.
Pero ¿por qué ha de ser esto indecente y una cuestión despreciable? ¿Acaso todos estos profesionales no están con su trabajo haciendo ganar un dinero a las marcas que apoyan, los programas en que participan y las empresas para las que colaboran? ¿No es el Real Madrid mucho más exitoso por el mundo, gane títulos o no, por el hecho de tener a Cristiano Ronaldo en sus filas? ¿Acaso no ingresan un montón de dinero las televisiones por emitir los partidos del Real Madrid? ¿Y que decir de las Belén Esteban del mundo televisivo? Cuando le pagan lo que le pagan es porque compensa, porque genera riqueza para la cadena y, en consecuencia, trabajo para mucha gente. No nos engañemos, lo mejor que puede pasar es que las televisiones vayan bien, porque gracias a ello trabaja mucha gente y, no por pagar menos a los colaboradores, se van a crear más trabajos ni a acabar con el paro o el hambre en el mundo, decir eso es pura demagogia.
Si nos avergonzamos de cuánto cobran determinados personajes en televisión, no debemos mirar a su bolsillo, ni a los cheques que ingresan, lo que debemos hacer es cuestionarnos qué sociedad tenemos que alimenta a esta gente y sus programas con su atención y su audiencia. Cuando consigamos corregir este «problema», quizá nos de menos vergüenza que aquellos que vemos en la pantalla del televisor cobren mucho más por colaborar media hora en un programa de lo que cobra un trabajador deslomándose ocho o diez horas en su puesto de trabajo.
Pero en el fondo, esto también es demagogia y sólo nos queda una cuenta que hacer, la del éxito de un programa de televisión y el dinero que mueve, hacia el bolsillo de las caras conocidas y hacia otros bolsillos, mucho más discretos pero igualmente rellenos. Mientras el dinero se mueva y partiendo de la base de que no es dinero nuestro, todos salimos ganando, aunque pensemos que ese dinero podría estar mejor en otras manos.
Hombre, la verdad es que choca que gente tan… indefinible… se esté forrando como lo hace, pero yo siempre digo que es problema de ellos y de los que les pagan (que evidentemente si lo hacen es por algo) y desde luego que dejen de forrarse no va a sacarme de pobre. Lo único que veo censurable es el ejemplo que suponen, ya hay toda una generación afectada que han mamado desde pequeños los grandes hermanos y barrabasadas varias de programas del corazón.