Yo creo que nos estamos volviendo un poquito locos, o quizá sea simple avaricia la que lleva a algunos sectores a creerse omnipotentes y pensar que los ciudadanos tenemos los bolsillos lllenos de billetes para entregárselo a cualquiera que presume de tener un producto entretenido. Los últimos en salir del tiesto, la liga de fútbol profesional, que amenaza con ir a la huelga para reclamar la derogación de la ley que obliga a emitir un partido de fútbol en abierto todas las semanas.
Como seguramente muchos recordaréis, esta obligación comenzó con la llamada ley Cascos, que calificaba de interés general algunas competiciones deportivas y obligaba así a su emisión en abierto. Desde entonces hemos tenido fútbol gratis los sábados y numerosas peleas por los derechos de emisión del resto de partidos que, según interesara estratégicamente a unos y otros, han pasado de tres y cuatro partidos en abierto al partido único que disfrutamos este año. Y son precisamente estos derechos los que asfixian muchas cuentas de resultados.
Me parece legítimo que la LFP quiera ganar dinero, la mayor cantidad de dinero posible, que para algo sus socios son sociedades anónimas como cualquier otra empresa de su categoría y, por tanto, me parece legítimo que reclamen la retirada de la obligatoriedad de emitir un partido en abierto. Llevando la comparación a un extremo absurdo, es como si todas las semanas, fuera obligatorio por ley que un par de restaurantes abrieran sus puertas al público para garantizar el derecho a comer de los ciudadanos. Pero no es menos cierto que la liga necesita difusión, que no hay mejor publicidad que la distribución de los partidos al mayor número de personas posible y que, pese a la obligatoriedad de emitir ese partido en abierto, la LFP sigue ingresando dinero por su emisión.
Pretenden negar también la emisión de los resúmenes de los partidos en programas que no sean estrictamente los informativos, por considerar que el derecho a la información solo ampara a estos últimos y que la emisión de los goles y jugadas de mayor interés inmediatamente después de la emisión de los encuentros va en detrimento de su derecho a ganar dinero por su emisión. ¿De verdad creen en la Liga que hay algún aficionado que pueda comprar el partido que se conforme con los resúmenes, por muy inmediatos que sean? Vamos hombre, ni aunque lo pusieran entero nada más acabar. El ansia por ganar dinero, o la necesidad imperiosa de que las cuentas salgan bien, está cegando a los responsables de la competición, que olvidan que se trata de un evento cuyo valor máximo está en el directo y todo lo demás solo es abono para el siguiente partido.
No sé cómo acabará este historia, que por otra parte se repite año a año, siempre con alguna excusa y siempre con la misma finalidad: ganar más y más dinero para pagar a esos profesionales que cada día tienen el sueldo más inflacionado. Soy de la opinión que cada uno de ellos merece el sueldo que tiene si es capaz de generar un retorno de inversión positivo a su equipo. Lo que no tiene sentido es que los clubes paguen más de lo que tienen y luego pretendan hacernos creer que el problema es el partido en abierto de los sábados (por lo general no de máxima audiencia) o los resúmenes de los demás.
NOTA: Me releo antes de publicar y me doy cuenta de que no parece estar clara una cuestión: como empresas privadas que son, considero legítima la reclamación de la LFP, simplemente me parece corta de miras y una excusa para justificar sus balances.
ACTUALIZACION (10/02/2011): Juan Varela publica hoy una entrada a este respecto donde da muchos datos interesantes.
¿¡Que la Liga necesita difusión!?
Qué cosas tiene que oír uno. Lo que necesita difusión en este país son los libros y el teatro, ¡no el fútbol! ¿Necesitamos más invasión de fútbol?
¡Por supuesto que no!