Faltan dos días para que se juegue el encuentro Bielorusia-España de fútbol perteneciente a la fase de clasificación para el próximo mundial del 2014. Los precios desorbitados que piden los dueños de los derechos, unidos a la crisis publicitaria, han provocado que a estas alturas aún no exista cadena que haya comprado el partido y la audiencia española seguidora de este deporte se enfrenta a una seria posibilidad de no tener dónde ver el partido.
La primera opción de compra de los derechos de emisión situaba el precio en 3 millones de euros, algo que ninguna cadena estaba dispuesta a asumir y que ha llevado a Sportfive, empresa que tiene estos derechos, a rebajar esta cantidad hasta el millón y medio en que se encuentra ahora, un importe que sigue siendo demasiado alto y que, por el momento, nadie se anima a invertir.
El lugar natural de este tipo de encuentros ha sido durante años TVE, pero la cadena pública se encuentra bajo mínimos y con un ERE fantasma acechando, por lo que no se comprendería un desembolso de estas características. Por su parte, las cadenas privadas tampoco están muy boyantes y este tipo de encuentros de clasificación, aunque suelen ser líderes de audiencia en su franja, no arrastran audiencias que justifiquen este importe, ni los anunciantes están dispuestos a invertir cantidades desproporcionadas en ellos.
Conclusión: o bajan más los precios, o corremos el riesgo de no poder ver el partido, algo que, por otra parte, y siendo yo una gran aficionada al deporte, tampoco me parecería muy grave. Es más, creo que las cadenas de televisión tienen en este momento la sartén por el mango y deben resistir si realmente quieren que los precios de los derechos deportivos se ajusten a la situación real de las cuentas y el mercado en general. Por supuesto, que TVE no se gaste el dinero es lo más sensato y solo espero que finalmente nadie de el paso en la cadena pública si no es amparándose en un contrato de patrocinio que garantice que el dinero no sale directamente de los presupuestos del ente. Y que nadie diga que lo hace por el interés general que me da la risa.
Lo más curioso de esta historia son los efectos colaterales que produce sobre el resto de la programación de las cadenas, concretamente de sus informativos que, en ausencia de la retransmisión en casa, prestan mucha menos atención a todo lo relacionado con la concentración, la lista de convocados o la preparación del partido de lo que suele ser habitual. Por si alguien tenía dudas de que los informativos, especialmente las secciones de deportes, son un poquito de información general y un muchito de autopromoción.
Este circo que se ha montado con este partidillo me parece fenomenal. A una persona como yo, que aborrece el fútbol por lo cansino que resulta encontrarlo en todas partes y a todas horas, se la trae al fresco la no emisión del partido. Pero me encanta que no se emita y me ha sorprendido que nadie se rasgue las vestiduras ni se mese los cabellos por a)-que no se emita; b)-el precio absurdo del evento.
¿Pagarían esa cifra si el rival fuera Alemania o Inglaterra?