Nunca he entendido este tipo de críticas o análisis que afirman que la televisión tiene efectos más o menos nocivos por culpa de la forma en que influencian a la gente o derivado de sus métodos de consumo. La última es un estudio, que se comenta en este artículo de Wired, según el cual el avance de los sistemas de visionado individualizado frente al original consumo familiar de televisión en el salón están haciendo que los jóvenes sean cada vez más egoístas y estén más aislados.
Me llama profundamente la atención este análisis porque no estoy en absoluto de acuerdo, de hecho me atrevería a decir que nunca antes los seguidores de programas televisivos de éxito han tenido tanta interacción entre ellos, nunca antes ha habido tanta conexión ni tanta percepción de pertenecer a un grupo, de identificación con otros como tú que se emocionan con las mismas cosas. ¿Que no lo hacemos en el salón de casa con nuestros padres y hermanos? Pues posiblemente no pero ¿acaso no es más enriquecedor hacerlo así que con personas que no necesariamente tienen las mismas inquietudes por cuestión de edad o simplemente de gustos? Yo desde luego me siento más cerca de muchos tuiteros que siguen las mismas series que yo que de mi madre, mi hija o mi marido, que no han visto un solo episodio de algunas de ellas, ni lo apreciarían jamás del mismo modo que yo lo hago.
El ser humano tiene la necesidad de socializar con otros, eso es un hecho cierto, pero nadie dice que tenga que ser necesariamente en la misma habitación y con personas a las que nos unan lazos de sangres (pobres hijos únicos de padres separados si así fuera, condenados a no socializar). Desde la máquina de café del trabajo a los bares o los muy habituales en EE.UU. clubs de lectura, desgranar la actualidad, bien sea política, social o televisiva es uno de los placeres del hombre y no hay avance tecnológico capaz de aislarnos de la necesidad de cotorrearlo todo. Simplemente modificamos el tiempo y forma con la ventaja ahora de que, además, tenemos a nuestro alcance muchas más personas con las que compartir estas opiniones e ideas. Nadie me convecerá de que esto es un retroceso en lugar de un avance.
Como me has recordado esta entrada …. http://charlatanes.blogspot.com.es/2013/03/neofobia-y-telefonia-movil.html
Realmente odio a los tecnófobos para quienes la comunicación solo puede realizarse con la persona que se sienta a tu lado y el resto es «aislamiento» y «adiccióN»