Y yo que pensaba que este tipo de programa estaba de capa caída y ya no tendríamos que aguantar a los famosos de medio pelo encerrados en la casa mas famosa de Guadalix. Pues parece que me equivocaba. Tras la última edición de Supervivientes, retrasada para intentar que volviera fresca, tras la segunda entrega de los saltos de trampolines, con menos interés que la primera pero al menos con una muestra de tesón, profesionalidad y esfuerzo por parte de los concursantes, todo apuntaba a que cosas como GH VIP ya no tenían cabida en la parrilla.
Incluso el formato original se había dejado descansar algo más de lo previsible, para evitar un hartazgo que podría afectar a un programa que no es precisamente barato. Voy más allá todavía, ni en Sálvame tienen cabida ya los frikis como la tuvieron antaño y ahora se nutre más de conflictos internos o de personajes completamente desconocidos que terminan convirtiéndose en protagonistas por un día, o un par de días, por cosas tan hilarantes como ser la frutera de… o una antigua presa de la carcel en la que está encerrado el delincuente famoso del momento.
No sé en qué momento murió el frikismo máximo, ese que representaban Yurena y su comparsa, por poner solo algún ejemplo que soy capaz de recordar, no sé si dejaron de dar audiencia o fue la cadena la que, conscientemente, optó por fomentar otro tipo de debates y contenidos, igualmente «edificantes» y tan o más entretenidos para la audiencia. No sé tampoco si simplemente ese frikismo cambio de lugar y se pasó a formatos que no veo jamás como Mujeres y Hombres y Viceversa o recaló completo en casa de los Pantoja pero de verdad pensaba yo que se había saneado algo el plantel.
Por eso me sorprende tanto el regreso de un programa como GH VIP para el que suenan nombres como Carmen Lomana o Sema el ex-amigo de Chabelita Pantoja y sus pijamas de Primark. Solo falta el Pequeño Nicolás y lo petan en audiencias. No puede ser que vaya a funcionar, no puede ser.