Lo anunciaba ayer Gonzalo y posteriormente ha ido apareciendo la noticia en todas partes: YouTube emitirá películas. Pese a que de entrada la plataforma tiene un límite de duración de sus vídeos de diez minutos, no es la primera vez que para casos especiales, comerciales, YouTube ha ampliado su capacidad y ahora lo hará de forma habitual para la emisión de películas.
Comenta Gonzalo en su entrada de hoy que YouTube ha debido plegrase a las exigencias de las grandes productoras cinematográficas, en un modelo de reparto de beneficios, 70/30 que favorece claramente a las ‘majors’, que no tienen que hacer otra cosa que tender la cinta de vídeo a la red, una cinta de vídeo que ya no podía explotar de otra manera, a cambio de su 70% de beneficios, mientras que YouTube debe soportar todos los costes de digitalización y ancho de banda a cambio de un porcentaje mucho más pequeño del pastel.
También es una victoria para las productoras tradicionales que el modelo de explotación de estos contenidos sea el tradicional de la industria audiovisual en abierto, es decir, el marketing de interrupción, con spots en pre-roll pero también alguno en medio de la película, algo que de resultar un gran éxito puede conducirnos a una réplica del modelo televisivo tradicional que tantas molestias provoca y que, en cierto modo, ha apartado a una importante parte del público objetivo del medio. Es de esperar que, a medida que madure el sector publicitario en internet, se nos ofrezcan otras posibilidades menos molestas, que en cualquier caso serán bienvenidas si nos permiten acceder a contenidos hasta ahora inaccesibles (del mal, el menos).
Por último, mi preocupación habitual, las restricciones geográficas, de las que por el momento no se ha comentado nada. Estos primeros acuerdos llevados a cabo con ‘majors’ americanas, en este caso último con la MGM, hacen pensar que se explotarán principalmente películas en versión original, pero no es menos cierto que esas mismas películas están ya dobladas o subtituladas a los diferentes idiomas donde la película haya sido estrenada. Pedir que una vez que la película se hace disponible en YouTube lo esté en todos los idiomas en que ha sido traducida es un poco precipitado (todo llegará) pero, precisamente por ello, es fundamental que aquellos que puedan disfrutar de la versión original lo puedan hacer independientemente del lugar desde el que se conectan. Todo esto cobra un mayor sentido en Internet, donde la explotación publicitaria puede hacerse de forma realmente sencilla por localización geográfica y sin necesidad de duplicar los contenidos allí donde se quieran explotar.
Aunque algunos se resistan, los avances tecnológicos están para quedarse y parece inteligente que las grandes compañías con contenidos aprendan como utilizarlos en su propio beneficio. No tengo ninguna duda de que nos espera un futuro brillante, donde todos los contenidos audiovisuales existentes sean accesibles desde el ratón de nuestro ordenador (que ya no será un ratón) y en un streaming de calidad idéntica (o incluso mejor) a la señal de televisión tradicional. Sólo espero vivir para verlo.
Bueno, en realidad, alguna gente lo ha publicado antes que yo. Para mí, es una victoria clara (por el momento) de los grandes creadores de contenido. Cuando vi a YouTube en Cannes diciendo que eran unos muchachos estupendos y que estaban allí para hacerles ganar dinero me quedó claro el giro estratégico. El dinero está en el contenido profesional y lo que tenemos es audiencia: pasen por aquí.
YouTube ha hecho todo el esfuerzo y lo dice públicamente en cumplir con toda las normativas de copyright. Esto no va a ser la música. Creo que la presión de las demandas y la necesidad de monetizar con los mismos que las ponen han puesto en marcha toda la maquinaria tecnológica para aprovechar lo que la gente quiere hacer con youtube: consumir momentos. Gane usted dinero con ello y no me demande.
Ahora quieren que consumamos algo más que momentos. ¿Y que hacen? Copiar Hulu. Que lo han inventado NBC y News Corp. (Fox) El gran entretenimiento está en manos de los de siempre. Algo que no es malo, pero que pone un poco de humildad en el espíritu que acompaña a los emprendedores de la red y a los mitos del fin de las grandes compañías.