Lo hemos visto muchas veces, cadenas que tienen un éxito en antena que explotan durante meses, hasta la extenuación y que acaban por convertirlo en una caricatura de lo que en un tiempo fue, en lugar de rematarlo a tiempo y de forma redonda, como toda serie merecería.

Ante actitudes como estas, cada vez más frecuentes, la más reciente la ocurrida con Yo soy Bea, que empezó a estirarse como un chicle cuando yo no le quedaba ni rastro de sabor, los actores empiezan a rebelarse y deciden dejar a un lado la seguridad de un sueldo fijo y una exposición televisiva diaria para buscar otro tipo de trabajo donde poder demostrar su verdadera valía y recuperar su vida y algo de cordura. Y pese a ello, las cadenas siguen a lo suyo, pretendiendo que sin sus protagonistas, las series serán lo mismo y los espectadores permanecerán.

El siguiente gran reto lo afrontará Telecinco con Aida, tras el anuncio definitivo de Carmen Machi de que dejará la serie, algo que se venía sospechando desde hace meses, cuando la actriz anunciaba que poco a poco se iría desligando de la producción pero que ya es un hecho definitivo y confirmado. Dice la Machi que quiere dedicarse al teatro, su verdadera vocación, para la que no se sentiría preparada si no fuera por todas las tablas que le ha aportado la televisión. No cabe duda que Carmen orgullosa de su papel de Aida, que además tiene el orgullo de ser el primer spin-off de la ficcion nacional y todo un éxito gracias en buena parte a ella y su interpretación protagonista. Sn embargo, me atrevería a decir que ha llegado un momento en que ella misma ha dicho basta antes de que el papel y la serie, pese a gozar de una excelene salud, acabara por pudrirse entre sus manos.

Por cierto, que si no fuera porque Hospital Central es eso que llaman una serie coral, donde los protagonistas entran y salen y cambian y vuelven sin problemas, hace tiempo ya que los actores habrían abandonado también, pues a la vista de los excelentes resultados de audiencia que hace, y cada temporada mejor, Telecinco está a punto de hacer con ella una temporada continua de enero a diciembre.

¿Es que nadie se da cuenta de que a las series les sienta bien eso de descansar? ¿Que a la gente le da rabia que se acabe una temporada de su serie favorita pero que ese gusanillo de esperar a que vuelva la mantiene viva y crea a su alrededor una magia y un valor que la hace mejor y más auténtica? Estos ciclos conforman la base de la televisión norteamericana y sus series de éxito gozan de una excelente salud, aquí sin embargo nuestras cadenas y series no tienen un ciclo claro, todo depende de tantos factores que creo que parece que las televisiones utilizan la estrategia del pollo sin cabeza.