Ya comenté hace unos días el nacimiento de Kakoe, una nueva aplicación de la red para comentar los programas de televisión en directo con tus amigos o simplemente con gente que está viendo  lo mismo que tú, retomando un poco esa buena costumbre de ver la televisión en familia y alimentar la experiencia con las opiniones de los demás.

En estos más de diez días que han pasado desde que se anunció su nacimiento, Kakoe ha ido creciendo y la experiencia de comentar la tele se ha ido distribuyendo entre las cadenas de distinta manera, sumando un mayor número de comentarios aquellas que tienen series o programas polémicos o reality shows, que aquellas otras que emiten mayoritariamente programas de otras características.

Si echamos un vistazo a la columna de comentarios de las distintas cadenas, vemos rápidamente como Telecinco y Antena 3 son las cadenas más comentadas, y concretamente sus programas Física o Química y Gran Hermano. La lógica de las audiencias nos llevaría a pensar que el siguiente canal más comentado sería TVE, pero no, tanto La Sexta como Cuatro superan ampliamente a la cadena pública, gracias a programas como Fama, Pekín Express, los partidos de fútbol y, por supuesto, la final del Eurobasket de la semana pasada.

Evidentemente, estos datos no son científicos, pero creo que no por ello deben ser despreciados ágilmente. Tener un programa que genera más comentarios entre la gente que el resto de tus competidores es algo necesariamente bueno, provoca fidelidad entre los que ya te ven y curiosidad en quienes aún no te conocen y, en cualquier caso, hacen tu marca más potente. Las cadenas pueden tener sus espacios para comentar sus propios programas, como de hecho tiene Antena 3 en el muy comentado aquí Watch and Chat pero, en estos casos, se tiene una visión reducida del panorama, pues nos limitamos a ver lo que generan nuestros programas. Con aplicaciones dónde comentar todos los programas a la vez, y pudiendo controlar con el rabillo del ojo lo que hacen en las cadenas vecinas, la visión es mucho más potente y clarificadora y puede ayudar mucho a la hora de elegir programas que desarrollar, aparte por supuesto del valor cualitativo de su estudio.

Y como espectador tiene otros posibles usos. Un ejemplo muy personal lo puse en práctica anoche: estuve viendo el fútbol de Canal + mientras grababa Doctor Mateo. Al terminar el partido y aprovechando la funcionalidad del disco duro, que te permite ver algo que estás grabando aunque aún no haya terminado, empecé con la serie y, de pronto, me acordé de que en Cuatro estaban poniendo Pekín Express, otro programa que me gusta ver. Podría haber dejado grabando a Mateo y poner Cuatro, pero me dio pereza y simplemente abrí Kakoe con la conversación de quienes veían Cuatro. Más que suficiente para seguir lo más importante del programa, enterarme de a quién habían eliminado y de qué color había sido la cartulina que les permite mantenerse o no en la competición. ¿Se me puede considerar espectadora del programa de anoche? Científicamente no, pero realmente mi conocimiento de lo ocurrido ayer es muy parecido al de quienes vieron el programa y se sucedió al mismo tiempo que ellos lo veían. Muchos dirán que así no veo la publicidad pero ¿cuantos de los que estaban viendo Pekín Express la vieron en lugar de levantarse a por algo o zappear?

Sin duda este tipo de cuestiones han de ser tenidas muy en cuenta en el futuro más próximo, porque la socialización de la experiencia televisiva puede convertirse en una excelente tabla de salvación para una forma de entretenimiento de consumo cada vez más individualizado, con los inconvenientes que esto está provocando en una industria acostumbrada al consumo de masas.