Una muy anunciada y la otra casi de puntillas, una con protagonistas de sobra conocidos y otra con actores de andar por casa, una en antena 3, otra en Telecinco, dos han sido este fin de semana las principales novedades de la parrilla que, definitivamente, no pasarán a la historia.
Usted Perdone supone el regreso de Javier Sardá a la televisión, esta vez en Antena 3, con un programa de entrevistas sin plató que ayer en su estreno tuvo como protagonista a Joan Manuel Serrat. El formato, idéntico al que ya pudimos ver en Dutifri, solo que esta vez las ciudades dejan de ser protagonistas para serlo las personas, pero esa es la única diferencia. Desde la voz en off del propio Sardá que acompaña durante parte del programa, hasta el buen equilibrio entre exteriores e interiores que dotan de ritmo a la narración, el programa es un homenaje a su protagonista, con un repaso a su historia personal y sus amigos. Ameno y correcto, aunque la audiencia no pasó del 8,8% de share, acusando el arrastre que dejaba un Buenafuente que no logra levantar la noche.
Secretos y mentiras es lo nuevo de Telecinco para la sobremesa de los sábados, un formato de realidad-ficción en el que se recrean historias basadas en hechos reales de personas que han visto sus vidas complicarse por culpa de secretos guardados o mentiras mantenidas durante años. Con actores completamente desconocidos que bien podrían salir del mismo casting que los litigantes de De buena ley, el programa es un extraño formato que no sabría definir y que la audiencia siguió de forma irregular, pasando de un 8,7% de share en su primera entrega a un 12,2% en la segunda. Se agradece que Telecinco esté buscando una oferta diferente a las clásicas películas para la sobremesa del fin de semana, aunque no tengo muy claro que este sea el camino.
Estos son los estrenos que vi, pero no fueron los únicos, pues el viernes también traía novedades, en este caso en La Sexta y Antena 3.
La primera se lanzaba al docu-reality con Baby Boom, una visión del mundo de la maternidad cuando está justo en su momento más álgido: el parto. Presentado por Gemma Nierga, las cámaras se adentran en las habitaciones y paritorios de un hospital para acercarnos ese momento casi mágico del parto y las distintas formas de afrontarlo de cada uno. No tuve ocasión de verlo, ni ganas, la verdad, por lo que no puedo opinar de su calidad como programa de televisión. Un 4,9% de la audiencia estuvo pendiente de los nuevos bebés.
Al mismo tiempo, en Antena 3 Carlos Sobera se cambiaba de concurso para presentar Avanti, una manera de renovar el entretenimiento de los viernes con un nuevo formato cuando el anterior aún no se ha quemado del todo que a mí me resulta igualmente aburrido (no soy de concursos), por lo que tampoco le dediqué el tiempo suficiente para analizarlo. La audiencia creció notablemente respecto a la de semanas anteriores, alcanzando un 14,6% de share.
Mientras las cadenas privadas estrenan sus novedades, en La 1, que sigue paralizada por la ausencia de Presidente, podemos ver promos de programas de próxima emisión, desde lo nuevo de Julia Otero, al concurso para conocer España que presentará Ramón García, un formato con olor a naftalina que parece moderno al lado del también anunciado especial Día de la madre presentado por Lolita.
Yo vi Baby Boom.
Estuvo bien pero la realización se complica por la iluminación. Capear contra miles de watios fluorescentes tiene que ser un infierno. Yo no sé casi nada del tema pero estoy seguro de que el cámara debió acabar mareado -y no sólo de ver salir placentas y niños, con perdón…- Se ve todo desangelado en un escenario entre película de zombies, documental soviético y un sueño, de esos obsesivos de los que no puedes despertar, que deseas se convierta en pesadilla para dar un grito y levantarte. ¿Te has quedado alguna vez despierta/dormida esperando que empiece la ceremonia de los Oscar y luego te has vuelto a dormir mientras lo veías y te vuelves a despertar a las 6 de la mañana totalmente desubicada? Pues eso.
Lo mejor, sinceramente, es el momento del parto. Cuando ves a las criaturas, que parecen ratillas, sucias y llenas de sangre, lo más feo y desagradable que hay, se te remueve algo dentro y piensas: qué cosita tan tierna, tan frágil. Te juro que nos salían las lagrimillas de verlo. Mira que son feos con avaricia, con esa iluminación verdosa de radiactividad, con esas paredes que parecen paritorios de la posguerra, llenos de porquería… y sólo te conmueve más aún…
Notables también los testimonios de madres y padres, sinceros, casi sin guión Realidad real.
Lo peor, con diferencia abismal, es la voz en off ejemplarizante, que parecían leer pasajes de cualquier libro de autoayuda tipo Louise Hay/Juan Salvador Gaviota, igualmente odiosos. De verdad que sobraba como un «vivan los novios» en medio de un funeral.
Luego vimos el programa de médicos y al final necesitábamos un episodio o dos de Anatomía de Grey para rematar la faena.
En fin, supongo que si eres madre la cosa te pilla de vuelta y media. Para el resto es un interesante programa, al que le falta medicina porque se centra en lo emocional. Algún detalle sobre ginecología y obstetricia, en plan divulgativo, no sólo le daría más empaque al conjunto, sino que a muchas les serviría de educación sexual, que nunca es suficiente.