La pobre Emma García no levanta cabeza. Desde que despareció A tu lado y su saloncito, la presentadora ha ido dando tumbos por la parrilla de telecinco sin encontrar un hueco apropiado, y no será porque ella no lo valga, pues como presentadora es correcta y sabe llevar un directo e incluso controlar a los pandilleros que en ocasiones ha tenido como invitados en sus tertulias del corazón.
En otros programas sin embargo, resulta aburrida y especialmente sosa, aunque la culpa sea en gran parte de los formatos donde la ponen, que no terminan de encajar con lo que ella sabe hacer mejor.
Desde Clever al debate de Supervivientes y ahora a este nuevo concurso de Telecinco estrenado ayer, que lleva por nombre El juego de tu vida y que es un ejemplo más de como explotar el morbo, el cotilleo de patio de vecinos y, sobre todo, un ejemplo de cómo hacer pausas eternas en televisión con el pretexto de la tensión pero que acaban convirtiéndose en un desesperante ejercicio de aburrimiento y falta de ritmo.
El concurso en cuestión consiste en sentar a un individuo cualquiera ante la atenta mirada de tres de sus familiares o amigos y empezar a preguntarle cosas sobre su personalidad, sus sentimientos y su vida privada. Al invitado se le ha sometido previamente a un detector de mentiras, donde suponemos se le han hecho esas mismas preguntas y muchas más y por tanto, cuando responde a las más peliagudas elegidas para el programa, ya se sabe si el invitado miente o dice la verdad. Así, por un puñado de euros, los invitados reconocerán que no quieren por igual a sus hijos, que se han acostado con varios compañeros de trabajo o que mantienen una relación con uno de sus superiores.
Si los concursantes que aparecen en este programa son gente real de la calle y no figurantes, que todo puede ser, estaríamos ante un ejemplo de como vender tu imagen pública y arriesgarte a no volver a ser visto del mismo modo por amigos y familiares a cambio de dinero. Algo que ya de por sí dice mucho de la persona que se sienta a concursar. No sería de extrañar que, de triunfar el programa , acabaran haciendo un spin-off donde contar el antes y el después de la vida de estas personas, explotando aun más lo peor de cada uno.
Este concurso durará un suspiro. O eso espero. Es lo más absurdo que he visto últimamente por televisión. Y mira que hay cosas malas.